29. Octubre 2012
El pasado mes de octubre se desarrolló la tercera reunión del programa Grundtvig en el que participa la CEMUJ por invitación de la FSMCV. Esta vez el encuentro tuvo lugar en Gdansk, Polonia (el primero fue en Valencia en enero y el segundo en junio en Carpentras, Francia). El próximo se realizará en Turquía en abril del año que viene.
El viaje a Gdansk comenzó el miércoles 17 de octubre y terminó el día 22. El grupo estuvo compuesto por doce personas entre músicos, organizadores y acompañantes que se desplazaron hasta Gerona para tomar desde allí un avión a Polonia. A pesar de que el tiempo allí en esta época del año era, a priori, más desapacible que en Valencia, los días fueron soleados con temperaturas agradables que invitaron a pasear tanto por la ciudad como por los parques y playas.
Los anfitriones polacos reunieron a todos los grupos en un mismo hotel, muy agradable, ubicado a pocos metros del mar Báltico, en la tranquila zona de la ciudad llamada Sopot.
Gdansk, es conocida como la ciudad de las tres ciudades: Gdansk (antigua Danzig) donde se concentra la mayor parte de actividad industrial, comercial y turística; Sopot, que es la parte vacacional y turística por sus balnearios y playa; y Gdynia, más al norte y con un importante puerto comercial.
La mayor parte de reuniones y actividades se desarrollaron en el centro histórico de Gdansk y hasta allí se desplazaba todo el grupo en tranvía, el medio de transporte más popular. Las visitas turísticas, las compras y el tiempo libre fueron facilitados y amenizados por los voluntarios de la organización polaca que repartió mapas, organizó juegos y acompañó a los grupos para visitar los lugares más populares e históricos de la ciudad, muchos de los cuales están relacionados con el histórico sindicato “Solidaridad” que comenzó su actividad en los astilleros de Gdansk con Lech Walesa a la cabeza; o con la Segunda Guerra Mundial que dicen comenzó aquí.
Hasta Gdansk acudieron representantes de las diferentes organizaciones europeas que están adscritas al susodicho programa europeo, el cual tiene por objetivo la realización de intercambios de personas voluntarias mayores de 50 años para desarrollar iniciativas basadas en aplicación de conocimientos y aprendizaje. Los países participantes fueron: Francia, Turquía, Polonia y España, como en las reuniones anteriores.
La parte española siguió promoviendo la música como modelo de desarrollo de una tercera edad activa en concomitancia con una mejor calidad de vida. Además, como parte de la filosofía de este proyecto también se integró esta vez el intercambio intergeneracional que promueva la posibilidad de transmisión de conocimientos bidireccionalmente entre jóvenes y mayores. Así los más jóvenes pueden ayudar a los “no tanto” en el uso de las nuevas tecnologías o en la instrucción de nuevas técnicas musicales y del mismo modo los más mayores pueden transmitir experiencias y valores a las nuevas generaciones que les aporten mayor riqueza en su futuro tanto personal, como profesional o amateur dentro de la música.
Por esto, además del cuarteto que participó en la edición de Francia: “Cuarteto de viento de L´Horta Nord”, integrado por Pepe Dolz (clarinete 1), Pepe García Coret (clarinete 2), Pepe Sanmartín (fagot) y Juan Talavera (saxofón), también actuó conjuntamente en Polonia una joven promesa musical valenciana de tan solo 14 años llamada Pau Fernández que interpretó magistralmente junto al cuarteto piezas de violín y piano.
En total los músicos valencianos dieron dos recitales: el primero de ellos tuvo lugar el día 19 de octubre en el aula magna de la Universidad Tecnológica de Gdansk y al que acudió un numeroso auditorio integrado principalmente por antiguos profesores de la misma con motivo de una de las reuniones anuales que mantienen y que fue presidida por el rector de dicha Universidad. El segundo concierto se desarrolló el día 20 en una sala de fiestas con un público más variado. Los temas escogidos y muy bien interpretados por los músicos abarcaron música clásica y tradicional de los países integrantes pasando por autores como Albéniz, Mozart, Beethoven, Scott Joplin, Wojciech Kilar, Oginske, Amadeo Vives o Vittorio Monti entre otros.
Además de los objetivos conseguidos con la música el intercambio cultural entre todos los miembros de las diferentes delegaciones, los paseos por la bonita ciudad, la degustación de la comida y bebida polacas (incluído el vodka) o la compra de artículos esculpidos en ámbar (tan abundante en esta parte del mar Báltico) han sido las recompensas de este agradable viaje a ese entrañable país.